Pensé que algo andaba mal en mí, hasta que aprendí esto
¡Saludos amigos! Hace muchos años y después de algún tiempo de haber comenzado a dar charlas y conferencias de mejora y desarrollo personal, comencé a observar que había personas que habían participado varias veces de estas charlas y seguían iguales. En resumen, comencé a pensar que algo andaba mal en mí, hasta que conocí esta maravillosa historia que a continuación transcribo.
Un día, caminando por el centro de la ciudad, un reconocido y exitoso orador que había dedicado su vida a inspirar a la gente brindando conferencias y charlas de desarrollo personal, se encontró con un viejo amigo que era dueño de una compañía que fabricaba jabones.
Mientras conversaban sobre sus vidas y actividades, su amigo le dijo:
-“Parece que tus conferencias y charlas al final no son tan efectivas, pues he conocido a mucha gente que ha asistido a tus eventos y no han cambiado nada.”
El orador notó que había un niño cerca jugando con barro. El niño estaba manchado de barro de los pies a la cabeza.
Entonces el orador, reflexionando, dijo a su amigo:
-“Siguiendo tu razonamiento, entonces los jabones al final no deben ser tan buenos, porque todavía veo mucha gente sucia en el mundo.”
El hombre respondió: -“Bueno, solamente limpian cuando una persona los usa.”
-“¡Exactamente! Igual pasa con mis charlas y conferencias- dijo el orador!
Recuerden queridos amigos, que el valor de la información que reciben cada día, no está en la información misma, sino en la posibilidad de lo que esta información hará por sus vidas si la ponen en práctica.