¡Ábrete a recibir! Tal vez de quien menos lo esperas llegue la solución
¡Saludos! Es común que juzguemos a la gente por su apariencia y sólo nos quedemos con esa primera impresión, sin darles otra oportunidad. Además estamos tan metidos en nuestros problemas y ansiosos o pre-ocupados de que las cosas sean tal y como nosotros queremos y no aceptamos que puedan darse de otra manera, que eso nos lleva a una ceguera que nos impide ver las oportunidades que a diario se nos presentan.
Un niño, de una familia de pocos recursos económicos, había ayudado a su padre a realizar unos trabajos y éste había recompensado su esfuerzo con algo de dinero, que el niño había ahorrado durante algún tiempo. Una tarde calurosa de verano, decidió darse un gusto e ir a comprarse un rico helado; para ello sacó sólo $5 de sus ahorros.
Una vez en la heladería, se sentó cómodamente y esperó a ser atendido:
– “¿Qué deseas niño?”, preguntó en tono seco y duro la mesera.
-«¿Cuánto cuesta un helado de dos gustos?», preguntó el niño.
-«5 pesos», respondió la mesera.
El niño sacó el billete de $5 de su bolsillo, lo observó y volvió a preguntar «¿y cuánto cuesta un helado de un solo gusto?».
Había muchas personas que atender y la mesera ya estaba un poco impaciente.
-«3 pesos», dijo ella bruscamente. El niño volvió su mirada al billete y lo observó como haciendo cálculos.
-«Quiero un helado de un solo gusto y que sea de dulce de leche por favor», dijo el niño. La mesera le trajo el helado, puso la cuenta en la mesa y se fue. El niño terminó su helado, pagó en la caja y se fue.
Cuando la mesera volvió, ella empezó a limpiar la mesa y entonces… le costó tragar saliva con lo que vio.
Allí, puesto ordenadamente junto a un vaso vacío, había un billete de 2 pesos … su propina.
Queridos amigos, abran su corazón a las personas, elijan confiar ante todo, miren con los ojos del corazón y sepan que tal vez de la persona que menos lo esperan, lleguen las soluciones, la ayuda y las respuestas que están buscando en sus vidas.